Educación y Sorpresa
En un mundo tan comunicado, las ideas y los gustos tienden a
constituirse en modas y corrientes(vulgares,) de opinión. A esto acostumbran a llamarle
el pensamiento único, pero esta expresión no me gusta porque suele utilizarse para
referirse al pensamiento del de enfrente, el enemigo. Así, los de izquierdas
aseguran que el pensamiento único y obligatorio es el de las derechas… y viceversa. Alejándonos
de la política lo que yo opino es que este proceso globalizador nos ha traído,
por culpa de nuestra pereza intelectual ,un mundo muy aburrido, donde casi
todos piensan casi lo mismo de casi todo. No voy a poner ejemplos por no
meterme en berenjenales, pero cualquiera puede comprobar en su entorno vital la
veracidad de esta casi sentencia resaltada en negrita.
Esto de la homogeneización sucede en política tanto como en literatura, música, arte o en cualquier otra cuestión opinable, incluso en el fútbol, haciendo que el mundo sea mucho más previsible y aburrido que si cada persona buscara por sí misma su propia verdad.
Así es como llegamos a lo que quería contar: la sorpresa me
atrae con emoción sin mayor motivo que
el de ser distinta: una opinión poco habitual, un acorde fuera de su previsible
sitio, una frase nunca antes así formulada, un dibujo que te atrapa por su extraño
atractivo, cualquier cosa que me sorprenda tiene muchas posibilidades de gustarme,
por lo pronto le prestaré atención, luego ya habrá tiempo para decidir si es bueno o no. En principio, todo lo que se salga de la rutina, de lo previsible, ya tiene
para mí cierto sello de calidad. No llego a los extremos de mi amigo el ínclito Bolo, para quien el único adjetivo válido
para expresar lo positivo es divertido pero ahí le ando…
Y todo esto para justificar este pequeño vídeo en el que Escohotado, alguien conocido por pedir la liberalización de las drogas, habla de educación formal, algo que no está en absoluto en la onda de los porretas, sorpresa, y lo hace de un modo muy original, sorpresa. No es de extrañar que este vídeo se
haya hecho… atención, aquí procuro huir de la aburrida por previsible palabra "viral", pues constituye todo un lugar común, el enemigo número uno de la sorpresa. Así
que acabaré la frase con un final sorprendente, en vez de escribir vídeo viral" pondré algo sí como "vídeo muy querido por esa gente propensa a la lagrimita en entornos sensibles".
Y ya está, no es tan difícil no ser previsible. Sorpresa.
Que lo disfruten .
Que no es para tanto ese pequeño vídeo, oigo que murmullan mis críticos agazapados.
Respondo: otro día hablamos
del poder de lo pequeño. Y ya podéis enderezaros
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