Iniciática

 



Iniciática

(de preadolescente a adulto en una sesión)

Ocurrió en el barrio que se extiende entre la estación de tren de Burdeos y el río Garona, un entorno polvoriento de almacenes y casas bajas. Era un día de verano, anocheciendo. Mi amigo del alma Iñaki y yo nos encontrábamos allí de paso, camino de un campamento de verano en algún lugar cercano. Teníamos apenas catorce años, y tanta ignorancia como ganas de comernos el mundo.

 Caminando medio perdidos por aquellos andurriales decidimos que lo mejor que podíamos hacer era entrar a ver alguna película pornográfica  de esas que se anunciaban en cartelillos vergonzantes sin ningún recato. Una vez decidida la acción nos pusimos a ello caminando durante horas en busca del cine en cuestión con la mochila al hombro;acabamos  agotados, sí, pero el premio merecía la pena. Recuerdo  que discutimos, no recuerdo el motivo. Pongámonos en contexto:nunca habíamos visto el cuerpo de una mujer desnuda… en movimiento. Como mucho, en mi caso, una pequeña reproducción del cuadro las Exequias de Sardanápalo,de Delacroix, en una enciclopedia. En el caso de Iñaki, creo que su mito fundacional se basaba en la venus de Milo y sus pechos al gusto francés, y quizá también en algún reportaje de Brigitte Bardot en bikini  ojeado como  al azar en un revistario.

El caso es que acabamos entrando en un cine especializado en porno, algo que en nuestro santo país estaba prohibido. Yo no acababa de creerme del todo que se fuera a producir el milagro que mis sedientas hormonas necesitaban para sobrevivir. Entramos en un cine etimológicamente indescriptible  y, tras una agria discusión con una acomodadora/vendedora de chuches por un quítame allá esas propinas, empezó la función. Las imágenes de han quedado en mi memoria de aquella mi primera película pornográfica son pocas, de hecho solo son dos: la primera, a modo de introducción argumental, la de un hombre desenvolviendo un paquete regalo de donde iba surgiendo… ¡¡¡una mujer desnuda!!! En la segunda escena que recuerdo, una mujer desnuda, no sé si la misma, con las piernas abiertas sentada sobre el pecho de un hombre tumbado,movía rítmicamente sus caderas para masajear el torso del macho con su entrepierna apenas atisbada(la exhibición genital era propia de otros ámbitos más … duros).

Aquellas exposiciones superaban mi capacidad de asimilación. Me sentí como un cohete a punto de explotar por más de un sitio… y si no exploté(por ningún sitio), no entiendo todavía la razón. Al acabar la película,  iñaki y yo salimos fuera, nos miramos… pero ya no éramos los mismos. Pasamos las siguientes horas caminando al azar, sin rumbo y sin motivo, muy separados, como si la película nos hubiera cambiado  tanto que nos asustábamos  del otro (y quizá tambiénde nosotros mismos).

La mañana siguiente, tras dormir sobre lasmochilas medio desechas en el suelo

de la estacion, cuando llegó la hora de nuestro tren, continuamos viaje, ya casi como adultos, yvolvimos a recuperar la amistad y el objetivo vacacional.Pasara lo q6pasara durante el resto del viaje, ccccampamento d verano incluido, yo ya lo había  experimentado todo,,, o así es como me sentía. Era feliz y las imágenes grabadas a fuego en mi memoria se encargaban de renovar esa felicidad a voluntad. Viva la pornografía, carajo, supongo que pensé.

Así que no es extraño que me haya pasado la vida intentando encontrar aquella misma película, pero todos mis esfuerzos en los malolientes entornos del porno internacional resultaron vanos, pues simplemente no dispongo de los datos necesarios para alimentar a los motores de búsqueda.. Película francesa reventadora de preadolescentes donde salían chicas desnudas no es mucho, que digamos, aunque en algún momento lo fuera todo.

Comentarios

Entradas populares