La jornada del Escribano

 (Hermandad Levógira 1)



Hasta aquí hemos llegado

Aquí estamos

sentado a la mesa de un mesón

en las afueras de Mijangos

protegiendo mis útiles de escribir con los codos

Mientras intento recordar mis oraciones

y escucho a una patulea de hombres

vociferarme sus nombres:

jesusito de mi vida, Orco Putón

eres niño como yo, Suso Logroño

Por eso te quiero tanto, Vladimiro Ratoncillo

y te doy mi corazón, Kaskas Vanguardia

cógelo tómalo, Rufi de la Pocholes

tuyo es, mío no, Abel Moncheta

y acabo de forma canónica,

con 3 puntos suspensivos…

y  una frase que atesoré ha tiempo

para cualquier situación

en todas partes hay manzanas…





?El Araña¡

Esta serie promete, jefe

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