El pie de foto engaña

 

dos residentes de la residencia modelo disfrutan de su estancia conversando plácidamente


El atrio de la Residencia de Ancianos de Txurdinaga consiste en un cilindro horizontal de cemento rojo y a zul con todo el aspecto de haber sido trasladado desde un parque infantil para niños gigantes.

Unas aperturas circulares a modo de puerta y ventanas permiten el paso de luz y el acceso a un pequeño espacio asfaltado también en colores, cual  bunker de juguete, que en este momento ocupan un par de sillas eléctricas enfrentadas, muy quietas, como marcando el inicio de un  ballet contemporáneo.

Sentadas en las sillas, con la mano diestra en los mandos, y mirándose a la cara, exhiben su  edad —conquistada a base de años sin atajos—  dos ancianas de aspecto aseado mientras reciben con benevolencia  las atenciones de un cuidador uniformado en verde que se está despidiendo. Derrochando cariño y complicidad, el enfermero   les agarra por turno la cabeza con sus dos manos y les planta un señor beso en los morros, lo que no deja de sorprender a un observador imparcial. La anciana situada a la derecha según la perspectiva del susodicho observador hace un gesto de advertencia infantil con su mano izquierda y espeta: “Adonis, guapete, cada beso robado son dos años y medio de cárcel, ¿o es que no lees los periódicos? El tal Adonis, ciertamente de buena planta, ríe y se dispone a marcharse, chocando casi con una joven que por allí pululaba. Se trata, es evidente, de una reportera del diario hegemónico local encargada de glosar las maravillas del nuevo sistema de cuidados vasco: residencias para mayores con habitaciones individuales tipo apartamento donde lxs residentes podrán gozar de una vida plenamente autónoma, pero disfrutando de todos los cuidados pertinentes, más una amplia gama de servicios y actividades de ocio. Mejor que en casa, podría ser su eslogan (que no lo es, pues a tanto no ha llegado aún la hipocresía istémica). La otra mujer, la de la izquierda, ambién ríe, espontánea. y  entre las dos se establece una corriente comunicativa cómplice potenciada por el factor soledad que toda residente arrastra.




-            ¿Qué te parece el Adonis, Gochone? —la de la derecha abre fuego amigo—

Pero la periolista fuera de foco interrumpe la conversación apenas iniciada.

-            Si  ustedes quieren, puedo poner una denuncia por abuso sexual. He sido testigo…

-            Señorita… —le corta también la de la derecha, que parece más chisposa.

-            - Diga usted, señora, pero no se preocupe, que seré discreta.

-            Hágame el favor de marcharse inmediatamente.

-            ¿Perdón?

-            Tengo que discutir asuntos privados con mi amiga Gochone, si no le parece mal

-             Faltaría más. Adios, señoras, cuenten con mi testimonio en el juicio…

La lista feminista se larga y deja por fin solas a las dos residentes que, ahora que pueden hablar sin que nadie las escuche, se dedican precisamente a eso, a charlar largo y tendido mientras, hagámoslo notar, manipulan sus sillas un poquito hacia delante… un poquito hacia atrás…derecha… izquierda…  al ritmo aproximado  e inconsciente de la emoción conversacional. Imagínenselo ustedes mientras escuchan sus voces. EL efecto es hipnótico, cual kabuki milenario inserto en barrio obrero sin aula de cultura.

-            Qué pesada.

-            Desde luego, Gochone. ¿Pero…  ¿ué me dices del Adonis?

-            Ahora va, pero si no te importa, Casilda… porque te llaman Casilda, ¿no?

-            Casilda, sí, Casilda

-            Muy bien, pero quiero que sepas que mi nombre verdadero no es Gochone, sino Dulceida

-            ¿Y eso?

-            Cosas  de la cultura vasca, que no tolera dulzuras, no sé si te has fijado.

-            Soy vasca.

-            Yo también, pero a veces lo que tienes más cerca no lo ves. Los vascos, y esto lo tengo yo muy pensado, guardan mucho parecido con los negros africanos más primitivos. Fíjate en las carreras de canoas… y en los concursos de fuerza prehistóricos, y en las mismas pedradas salvajes que tiran a las montañas cuando se enfadan con sus dioses, aunque aquí lo disfracen de frontón pelota mano.

-            Alguna razón ya tienes, Dulceida.

-            Prefiero que me llames Gochone, ya estoy acostumbrada.

Estando tan a gustito se empezó a oír de fondo, cada vez más alto, un coro de hombres  a varias vozaradas que repetía con claridad y constancia lo siguiente: ¡guarriors, guarriors, guarriors!… Se trataba del club de hombres de la residencia, más conocido como el Palabrotas, celebrando algún evento machuno, es decir, alguna chorrada enorme.

-            Sigue, Casilda, sigue, que estos tienen para un rato y nosotras no tenemos mejor lugar que este para echar una parrafadita ¿no te parece?

-            - Razón tienes, pero yo también quiero comentarte algo  de mi nombre. Yo me llamo Subirús, pero a la gente le parece tan raro que un día, paseando por el parque de los patos, se me ocurrió ponerme el nombre del parque. ¿A ti qué te parece Subirús, Gochone?

-            Me gusta mucho, no tenías que haberlo cambiado. ¿Qué significa?

-            Es un pueblo francés donde nació Bernardette, la que habló con la vírgen en Lourdes, ¿te suena la historia?

-            - No mucho, de Francia me suena más Juana de Arco.

-            Claro. ¿Oye, y ahora que ya hemos dejado esto claro, ¿te parece que sigamos hablando de lo que te estaba diciendo cuando nos ha interrumpido la lerda esa?




-            ¿Cuál, lo del Adonis?

-           

-            ¿Y qué pasa con el Adonis?

-            Nada, que quiero saber qué tal te cae… cómo lo ves… si tienes algo que contarme…

-            Vaya, qué misteriosa, esto se pone interesante. Te diré que yo prefiero llamarlo Adonai, pero ya te contaré  luego el porqué, ahora prefiero que sigas tú.

-            Vaya, ahora te pones tú misteriosa, pero no te procupes, que enseguida rompo el misterio, no tengo reparos Lo interesante de Adonis, escúchame bien, es su picha gorda, creo que eso está fuera de discusión. Por eso mi pregunta era, hasta que nos ha interrumpido la periodista idiota, qué te parece la picha de Adonis. Pero no te preocupes, que primero te voy a dar mi opinión…

ESTOS OBJETOS DE USO DIARIO

TE  ESTAN COSTANDO UN DINERAL

Y SON MUY PELIGROSOS

Pulsa aquí para pagar y seguir leyendo…

ulsa aquí para hacerte socio con oferta de ventajas…

Los conocidosAAPPDB, Aires Acondicionados Para Pisos de Barrio tienen un malfuncionamiento del que nadie te ha informado. Según el instituto técnico de Loyola, sito en San Ignacio (justo a una colina de distancia del famoso aeropuerto ventoso de Bilbao), cuando el aparato incorpora aire demasiado salado, cual suele serlo el del norte cantábrico, tiene un alto riesgo de explosión garantizado.

-            Mi mayor ilusión en el mundo es una buena picha gorda

-            Te entiendo

-            Y la del Adonis es de las mejores

-            Ya. No sé… yo no…

-            Déjame hablar un poquito, que aquí hay mucha tela que cortar. Los hombres no son, en esencia, una picha pegada  de un cuerpo como dicen por ahí, sino que muy al contrario, son un cuerpo  pegado a una picha. Es decir, los hombres son fundamentalmente picha, y todo lo demás es accesorio. Por cierto, ¿tú cómo llamas a la picha? ¿Polla, rabo, minga…?

-            Chorra, creo… más bien chorra… sí, la chorra.

-            No está mal tampoco. Pero escucha, otra cosa que hay que saber, y que no sabe mucha gente —aparte de que los hombres son picha y poco más—  es que les encanta chuparse las pichas entre ellos. Es lo que más les gusta, y como en eso están todos de acuerdo, no paran de hacerlo todo el rato, sin tener que ver con mariconeos. Las reuniones entre hombres acaban siempre en una especie de orgía tropical, y digo tropical por compararlos con los pueblos más calientes y desenfrenados.  A los hombres, el cambio climático les ha venido de cine: se quejan tanto para no llamar la atención.

-            - Vaya, qué calladito se lo tienen.

-            Es una conspiración internacional, parecido a lo del patriarcado. Tú, en cuanto veas que algunos hombres se encierran juntos en una habitación, mira a ver si va alguna mujer, en plan secretaria, con ellos, porque si no…  chupa que te chupa sin parar… en cuanto se quedan solos. Pero te voy a contar lo mejor. Lo mejor, o lo peor, es que a los hombres no les gustan las pichas gordas, sino las flojas y alargadas a golpe de chupetones; les gustan las pichas que quedan con forma de  pezón de vaca lechera, alargado y granuloso,una cosa asquerosa, tipo serpiente cancerígena. Los hombres, anótalo, Gochone, si se les deja solos, son lo más asqueroso del mundo…

-            Pro a ti te gusta  Adonis, ¿no?

-            Eso es otra cosa totalmente distinta: donde esté una picha gorda, que se quite todo lo demás. Ya quedan pocos como el Adonis, y por eso te he preguntado por él, que es de los pocos que conozco que mantiene una picha gorda gorda, que te llena boca y recodos del agujero…

-            ¿Del coño?

-            - Como lo quieras llamar

UN GANADERO DE CONETICA SE QUERELLA CONTRA TRUMP

JUANA DE ARCO SE APARECE EN DUNKERQUE

MACRON HABLA CON EL PAPA PARA CLARIFICAR POSTURAS

Pague aquí para seguir disfrutando de su lectura

Lea la política de privacidad y recomendaciones que no le importan nada a nadie. Marque aquí que está de acuerdo con todo o cierre inmediatamente el documento. Si sigue leyendo incurrirá en desórdenes europeas y será castigadx con gravísimos Discursos de Puchdemón a los personales esenios,  propinados en bucle.

ARTÍCULO SPECIAL ACERCA DE LAS ANSIAS Y DEL TROPICALISMO

COMO EFECTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO

(artículo ofrecido según sus intereses libremente expresados)

Pague cómodamente  aquí mismo y disfrute  del resto del artículo.





-            Pero veo que te estás quedando con la boca abierta. Si la abres un poco más te entraría hasta  la picha del Adonis, te lo digo de verdad. Noto que te intriga el tema pichas. ¿Que no se la has visto, dices? Me parece difícil de creer, se le marca  un paquete tan abultado que parece que llevara la manguera del jardín metida en el calzoncillo. Salta a la vista.

-            Pues no, no se la he visto, pero hay una razón, y es que con el Adonis yo me dedico a otras cosas.

-            ¿Sí? Cuenta, cuenta

-            El Adonis lo que hace conmigo es ayudarme a meterme un  palo por el culo

-            ¡Caramba! Esa es buena.

-            Muy buena, buenísima, ahora te lo cuento

CALAMBRES FORZADOS A LOS PERROS INCONTINENTES

LOS AYUNTAMIENTOS DE LOS TRES TERRITORIOS PROPINARÁN TRATAMIENTOS DE CHOQUE

Aproveche la oferta y siga leyendo. Escriba aquí su número de arjeta, y no se preocupe más.

Mi afición  al tema de atrás viene de  cuando a mi pobre Beltrán, que en paz descanse, le dio la flojera, y no me quedó más remedio. Después de probar con Churlongo, el perro de la vecina —que dijo la muy coitada que se lo devolví resabiado— fui probando cosas varias: pinzas en los pezones, mano entera en el agujero loroño… hasta que empecé a meterme cosas por el culo, cosas de tamaño cada vez mayor, que cada vez me daban más gusto. Así que cuando murió el pobe Beltrán, ue en paz  decanse, no tuve más remedio que ponerme a ello en serio. Deberías ver lo que me cabe hoy en día, cualquier día me acabo de empalar. Y sí, probé una vez con el aparato intrínseco del Adonis, y te doy la razón. ¿Por qué crees, sino, que yo le llamaba Adon…¡ay!? Ni me recuerdes el gusto… Por cierto, ¿a dónde ha ido el cabrón? Me parece muy mal que se haya largado  así, sin despedirse de nosotras.

 

TENDRÁ USTED QUE MIRAR DOS VECES PARA ACABAR DE CREÉRSELO

¿ESO QUE LLEVA LA CHICA SON SERPIENTES, BUFANDAS… O…?

Pinche aquí inmediatamente si quiere tener conversación para el fin de semana

 


La acción, acuciada y desquiciada por los anuncios clickbait, se apresura a despeñarse en su recta final. Recordemos: atrio de Residencia, dos ancianitas…

e acerca Adonis. Morreo intenso con Casilda. La fotógrafa, al quite. Le amonesta duramente. Adonis asegura preferir mil veces la cárcel que privarse de “relacionarse” (así lo dice) con su querida Casilda. También asegura que matará a la periodista si se le ocurre sacarle en la foto. La periodista sale corriendo, asustada. Adonis se acerca a Gochone y le rechupetea la cara mientras hurga con una mano y mucho movimiento de codo por los bajos de la antigua  Dulceida como si quisiera meterle el dedo gordo por el ojo moreno. Al tercer  ¡Adonay! reaparece la periodista, eguida de muy cerca por dos hombres del comando Palabrotas, los famosos guarriors. La periodista lleva un par de serpientes pezónidas enroscadas en el cuello a modo de bufanda. Caminan los tres muy pegaditos, a trompicones, como en falange romana… Pero mejor dejémoslo aquí.






Al día siguiente, en el diario hegemónico local aparecerá una foto a todo blanco y negro, con las dos amigas en sus sillas de ruedas enfrentadas, sin el Adonis, y con el pie de foto siguiente: dos residentes de la residencia modelo disfrutan de su estancia conversando plácidamente

 


El observador imparcial de antes se indigna, y piensa que habría sido más correcto escribir:

dos viejecitas hablando de pichas gordas y palos por el culo

como tiene que ser, la verdad por delante…  pero la sociedad está tonta,  y desde luego desde aquí no la vamos a arreglar. Bastante hacemos con reseñar lo que hay, digo yo.

 

Pulse ME GUSTA, ME DA ASCO, o ME LA PELA

y recibirá presentes futuristas

Para que la Cesta Plus llegue cuanto antes a su casa, deje sus datos en el contestador de este teléfono de tarifa estrambótica: XXXXXX


Comentarios

Entradas populares