Performances por persona interpuesta

 


Desde que se corrió la voz de que soy un prodigio, un fenómeno mundial de inteligencia y sensibilidad, ls mujeres me persiguen, con sus hijas o sin sus hijas, para que las fecunde.

 

Yo hago lo que puedo, pero no me llega para cubrir —nunca mejor dicho— tanta necesidad, así que he decidido hacerme con una Caterva de Sosías (CS, a partir de ahora) que me sustituyan en la tarea inseminadora, haciéndose pasar por mí. Y así lo he hecho, y así lo hice... Y así fue como se puso todo en marcha.


Hubo que alquilar polideportivos, diseñar cubículos mal iluminados, corromper funcionarios… El proyecto, que se concretaba en las ya mencionadas

performances por persona interpuesta, funcionaba a plena satisfacción de sus usuarios y usuarias… hasta que estas últimas, las mujeres, decidieron no ser tan tontas como lo proclamaba el Patriarcado Imperator, y dudaron, tanto de mi ubicuidad papanoélica, como de mi potencial brahamánico (multiprestaciones homéricas), y me denunciaron ante el Altísimo Tribunalis. La CS, todos ellos, fueron condenados por violación, algo que parece paradójico habiéndolo solicitado ellas, pero no lo es tanto puesto que se les dio gato por liebre, es decir, que se las trajinó alguien no solicitado: violación pura y dura. En suma, les cayó una suma de años tan alta que llegaba hasta la cima del Kilimanjaro, bajaba por la otra cara y acababa hospedándose en tiendas de campaña comunales regentadas por negras, que también son mujeres, y demandaban néctar de blancos —listos o tontos, les daba igual—. 


Mientras las cosas iban así por el África, a mí ambién me condenaron, como promotor del asunto, pero poco, ya que la estafa no está tan mal vista. Me ubicaron en una prisión Modélica donde no tardaron mucho en venir a visitarme procesiones de mujeres en diferentes formatos, atraídas por los cantos de sirena de la proyección mediática del caso, como quien dice. Observen que les daba igual que las engañaran, la cuestión era trajinar como perras (se comportaban como hombres las muy feministas; recuerdo que pensé mi típica frase pulida: tiemble al humanidad, ls mujeres està´n despertando). Se iba perdiendo la idea inicial de absorber mis genes privilegiados, pero así son las cosas, todo acaba siempre desmadrado; creo que a este fenómeno le llaman entropía. 


Yo intenté satisfacerlas con la connivencia de la Alcaidesa de la cárcel, una gordita más salida que un espárrago triguero , a quien complecí personalmente varias veces seguidas (en días alternos, no se piensen), consiguiendo ella al fin lo que todas pretendían: un hijo mío. En este caso, con el tiempo, surgió Gorka, gimnasta de salón.  Respecto a las peticionarias en celo, me las arreglé con los presos, asesinos y violadores mayormente, que las satisficieron más  que suficientemente… por lo que llegó mis oídos (gritos  y retruécanos). Todo iba bien en ese período de mi vida y en zona carcelaria, aunque yo me aburría un poco, pero la alcaidesa triguera no se decidía a carme el pistoletazo de salida. prefería bailar flamenco... es un decir.



Justo antes de salir, por fin y por cierto, me llegó la fantástica noticia de que mi mujer había sido nombrada PUTA DEL AÑO. Cuando me enteré quedé ‘tan fascinado como ustedes. A continuación se lo explico. Mi mujer es una feminista de las antiguas, de las de la igualdad, y en cuanto se enteró d mi plan inseminador (tiene todas las claves de mis ordenadores y teléfonos), exigió practicar el juego sexual directo (follar) al menos tantas veces como yo. Estaba equivocada, porque aquí los que trajinaban eran los CS, pero no importa, ella se dedicó a beneficiarse precisamente a todos ellos (ya que estaban a mano y bien dispuestos) todo que daban de sí las 24 hora del día (de todos los días). No paraba. Descubrió —a base de pruebas—, y patentó una crema lubricante excelente, ComolaSeda que, si se han fijado ustedes, se anuncia por televisión, como ideal para calmar hemorroides. Resumiendo, que se dedicó a follar lo nunca visto en una mujer normal, esto es , sin enfermedad declarada. Cuando se enteró el Club de Mónaco, le concedieron el mayor honor por ellos concedido, valga la redundancia: el de Puta del Año, el título más codiciado entre las mujeres de pro, ya que  las convertía directamente en la reinas de la salsa, dándoles preeminencia en en todos los saraos.. Mi mujer estaba muy feliz, muy muy feliz. Cuando salí, me vino a recibir con una sonrisa ue no le cabía en la boca, pero, lo que son las cosas, ni a ella ni a mí nos apeteció follar.




después de todo por lo que he pasado tienen que comprenderme ustedes si les digo algo tan sorprendente en mí como que el amor físico (por llamar al sexo de alguna forma divertida). me ha dejado de interesar. Asunto rave. ¿Y ahora de qué escribo yo, conocido sobre todo por mis guarrancias? ¿Y cómo lleno yo una vida sin excitación erótica? Pensemos. Tendré que rogar a mi hijas que me hagan más nietos, porque la ocupación de cuidarlos es algo que me satisface de verdad. Así que me temo que acabaré escribiendo de gatitos, unicornios, dragones y demás monstruos transformers.

 

¡Qué vueltas da la vida, chico! (se lo digo a usted, lector, y perdone el coloquialismo). Lo que más echo en falta son las tetas, que ya no me atraen, con lo bonitas que eran. Snif.



Por completar la información, contaré que hubo mujeres importantísimas, poderosísimas, tanto guapas como feísimas, ue me contactaron para ofrecerme jefaturas direcciones generales, ministerios… y hasta jefaturas de gobiernos, a cambio de… ya saben ustedes qué… pero como ahora también saben ustedes de mi sobrevenida apatía, no les extrañará que les diga que… TODO quedó en NADA.

Hoy en día, con todas estas movidas, mi supuesta genialidad está siendo puesta en duda metódica, así que espero que ya no me persiga nadie y que todo esto se haya acabado pour de bon. La única variación importante ue ha quedado en mi vida ha sido  que a mi mujer le ha quedado la querencia y se pasa el día follando con el primero que pilla. Pues que se lo pase bien. Somos felices dentro de lo que cabe (que cabe mucho). 



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