BeBÉ FUMÍ
Bebé
Fumí: la historia y el jolgorio
Esta
canción es una celebración rítmica del desmadre, del exceso. Lo que
dice
está claro, no necesita explicaciones: bebí y fumé tanto que me
sentí
mal. Y repite lo mismo una y otra vez, como bailando a carcajadas
alrededor
del fuego recordando borracheras históricas.
Es
una canción moderna pero muy antigua, de amistad y experiencias
comunes.
No hay aquí filosofías ni sentimientos profundos, tan solo un
canto
a la condición humana, que no es poco.
Mi
frase favorita es “en las tormentas”, por su sonido rotundo y
satisfactorio,
casi apocalíptico. POESÍA pura. NARRATIVA hay en “déjame
un
sitio en tu cama…”: narrativa con HUMOR, como es de recibo. Y
también
un toque de ENSAYO sociológico en eso de “que no se diga los
vascos… que son gente muy sentida..., tan peculiar
Anécdota:
cuando le enseñé la letra al cantante, el más joven de
nosotros,
me felicitó diciendo: “Muy bien, Alberto, que ya está bien,
que
los vascos también tenemos nuestro corazoncito.”
Sin
olvidar el DRAMA de la muchacha a quien el muchacho deja a medias.
En
esta canción hay de todo: son palabras sencillas pero con mucho
contenido,
destacando por encima de todo, la celebración de la juerga.
Canten
y bailen, amigos, a la salud de nosotros.


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