Neoplatonismo para niños (y 2)

 


(artículo anterior)


Como dijo algún gracioso, este es un concepto al que si le añades la Idea (con

I mayúscula) platónica, no sabes bien de qué va: NPI. Bromas aparte, el

fundador del NP se llamaba Plotino, era discípulo de Platón, y postulaba lo

siguiente como explicación completa de todo:

El Ser Supremo, conocido como lo UNO, un ente tan sencillo como su nombre,

es quien crea el Mundo mediante el bonito sistema de EMANAR (desprenderse

de sí mismo, desparramarse), y lo que emana son tres elementos que siguen

siendo él mismo, de tal modo que todo lo que existe sigue formando parte de

lo UNO. ¿Nos suena lo de crear el mundo a su imagen y semejanza? Pues

aquí la simple imagen se nos queda pobre: lo UNO, el Dios particular de los

NP, crea el mundo con su misma esencia, nada de fotocopias. Así, resulta que

que todo el mundo es Dios. Literalmente. ¿Y cómo es ese mundo tan divino?

¿Cuáles son esas tres cosas que ha emanado?

La INTELIGENCIA. La capacidad de discernir. El mundo de los porqués y de

las ideas. En el ser humano se relaciona con la MENTE.

La MATERIA. Lo sensible. El mundo de los «qués». En el ser humano se

relaciona con el CUERPO. En el NP no tiene las connotaciones negativas que

encontramos, por ejemplo, en el cristianismo, pues nuestro cuerpo serrano

también forma parte de lo UNO. Así, por ejemplo, se considera que el Erotismo

es un deseo legítimo de ascensión personal en busca de lo UNO a través de la

Belleza, una idea ciertamente encantadora.

EL ALMA. Lo que no es inteligencia ni materia… ni mente ni cuerpo: las

emociones intuiciones, sensaciones, imaginaciones... Cada alma individual se

considera conectada con un concepto clave en la filosofía NP, el «Anima Mundi»,

una especie de alma global que comparte todo el universo, Un psicólogo lo

entenderá mejor comparándolo con el inconsciente colectivo, mientras que

un ecologista le encontrará relación con el espíritu de la madre tierra, la

energía que rige el universo. Mediante esta conexión con el «Anima Mundi», cada

alma individual forma parte de todo, y es a través de esta comunicación íntima

como vamos a acceder a sintonizar con lo UNO. Sí, el cuerpo y la mente

también forman parte de lo UNO, de acuerdo, pero es a través de las

especiales facultades del alma como podemos acceder a la inefable sensación

de ser uno con el UNO. Llegar a ser Dios, nada menos. ¿Te apuntas?

 

Para mejor entender las implicaciones de esta peculiar manera de

entender/vivir el mundo, conviene discriminar el concepto de esfuerzo.

EL ESFUERZO. Las religiones tradicionales exigen a sus seguidores un

esfuerzo, tanto físico como mental, para cumplir con sus mandamientos, y así, a

través de esta obediencia, subir al cielo, alcanzar la gloria, gozar de la

presencia de Dios, disfrutar de las huríes en el caso musulmán…

El NP, al contrario, predica NO ESFORZARSE sino practicar la

CONTEMPLACIÓN, lo que viene a significar ESTAR en actitud vigilante, con la

atención bien despierta, pero sin hacer esfuerzos de ninguna clase. Pensemos

que cuando un músculo se contrae dificulta el paso de la sangre portadora del

oxígeno vital. El estado de Relajación es fundamental para poder captar la

esencia del UNO allí donde se manifieste. Y, como dicen los filósofos NP, el

aire está lleno de dioses.

Pero… ¿cómo distinguiremos esa esencia que la filosofía NP pretende que captemos?

Muy sencillo: todo lo que nos haga sentir que conectamos con

algo muy especial, todo lo que consiga que nuestra alma se ensanche de

felicidad, todo lo que nos haga revivir nuestros gozos infantiles… Volviendo a la

adolescencia que comentábamos antes, podría ser la sonrisa de un rostro

amado, la lectura ocasional de un poema, la escucha casi involuntaria de una

canción a través de la puerta de un bar, la respuesta amable de un nuevo

amigo, un sabor, un recuerdo inesperado, la sombra de las hojas de un árbol

sobre la hierba… Todo esto lo capta tu espíritu sin ningún esfuerzo, y para ti se

convierte inmediatamente en trascendente, en sagrado, en una de las mejores

experiencias de tu vida. La explicación es clara: acabas de conectar con lo

UNO, has sido inmensamente feliz durante unos segundos (la felicidad es

intemporal). A partir de hora buscarás en todas partes repetir la experiencia, tu

vida se llenará de mística, de asuntos no racionales, de intuiciones, de

elementos inconscientes, de ideas absurdas, de imaginaciones, de magia, de

casualidades, de poesía: todo puede convertirse en trascendente, en sagrado,

porque tú mismo eres una emanación de lo UNO y no te cuesta nada, no tienes

que hacer ningún esfuerzo para conectar con él. Solo estar atento… y

relajado, a ser posible

 

No es extraño que un adolescente a punto de integrarse en un mundo

cuadrado, racional, normativo, y que acaba de abandonar una infancia libre y

juguetona, considere el NP como el mayor descubrimiento de su vida. La

felicidad a su alcance por una vía tan agradable como original, ahí es nada.

 

Pero volvamos por un momento a la racionalidad del mundo real. Un

adolescente de hoy en día, no nos engañemos, tiene a su disposición

sustancias que le consiguen una satisfacción física inmediata, mucho más

grosera e intensa que la proporcionada por las gloriosas, aunque esporádicas,

conexiones con lo UNO aquí comentadas.

El adolescente, o el joven, deberá elegir entre estas dos o alguna otra de las

promesas de plenitud con las que se encontrará a lo largo de su vida —no

necesariamente excluyentes—, a poco que sea inquieto (el mismo amor, por

ejemplo). La decisión es suya, y si no, la vida se encargará de decidir por él. En

este artículo tan solo he pretendido sacar a relucir el sistema más práctico para

llegar a ser Dios, ni más ni menos; nunca he pretendido compararlo con un

orgasmo, por ejemplo; cada cosa en su sitio, y si son compatibles, mejor que

mejor. De todos modos, no cuesta mucho no esforzarse, valga la redundancia,

mantenerse atento a las casualidades, a las propias intuiciones, a la

espontánea poesía del mundo y a tantos otros elementos considerados

irracionales que pululan por doquier anunciando la presencia de lo UNO. A ti

me dirijo, querido mirón, no dejes pasar de largo todas esas maravillas,

intégralas en tu vida, conéctate con ellas a través del alma, y no lo lamentarás.

 

EL POEMA LEMA

Como colofón y broche de oro a este artículo tan sugerente, traigo a colación,

por su importancia y trascendencia, el poema lema varias veces globalizado

que escribiera, en un rapto de inspiración, el fundador del Círculo

Neoplatónico de España la Vieja, el muy mediático Ruth Oveja.

 

NO TE ESFUERCES

NO HAY PRISA

RELÁJATE Y

ATISBA

 

Anotación esforzada. Al ser el esfuerzo un tema delicado, y por no dar lugar

a enojosos malentendidos, recalco aquí que el NP no disculpa la vagancia ni

desacredita la cultura del esfuerzo como loable afán de superación del ser

humano, antes al contrario, propone la utilización del esfuerzo en su justa

medida, nunca llegando al negativo sobreesfuerzo que anula todo lo

conseguido. En ámbitos místicos, que son de los que principalmente se ocupa

NP, la justa medida del esfuerzo tiende a cero, pero que esto no resulte

escandaloso, tan solo nos está aconsejando no tensarnos a la hora de sentir, no

intentar sentir muy fuerte, apretando los dientes porque resulta

contraproducente, y esto es algo que cualquiera puede entender. Espero que

con esta esforzada (animosa) anotación hayan desaparecido las dudas de

quien pudiera albergarlas. Y si todavía no se capta del todo el asunto, no se

esfuercen por entenderlo, no tiene ni la milésima parte de importancia que la

textura del aire que les rodea… ¿Se habían fijado?





(artículo anterior)

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